El mundo del motor es un sector tradicionalmente masculino. A pesar de ello, son muchas las mujeres que marcaron un antes y un después en la historia del automóvil en España y en todo el mundo.
Pocos saben, por ejemplo, que la coruñesa Emilia Pardo Bazán fue, en 1904, la primera mujer española en ponerse al volante. Esta novelista, ensayista, poeta y traductora fue, por encima de todo, una convencida activista por los derechos de las mujeres.
Pero las contribuciones femeninas a este sector no acaban ahí. En 1909, la piloto británica Dorothy Levitt redactó un manual de conducción en el que aconsejaba el uso del espejo retrovisor, idea que en un primer momento fue ridiculizada y atribuida a la supuesta vanidad de las mujeres. Diez años más tarde, esta pieza vital para la seguridad fue incorporada a la fabricación de coches a nivel mundial.
En 1913, la contratista de obras estadounidense Mary Anderson inventó y patentó el primer sistema limpiaparabrisas aplicable al automóvil, precursor de los que hoy utilizamos.
En los años 20, la artista franco-rusa Sonia Delaunay quiso acercar el mundo de la pintura al del motor, diseñando la carrocería de su coche para que esta guardase semejanza con los patrones y colores de sus cuadros. Este concepto de una carrocería atractiva y armónica sería adoptado más tarde por los grandes fabricantes.
Pero son muchas más que sería imposible recoger aquí. Muchas figuras femeninas que de una manera u otra han roto la barrera de la desigualdad y han contribuido al avance de este sector: mujeres pioneras en formar parte de consejos de administración de grandes fabricantes de automóviles, pilotos de rally y Fórmula 1, taxistas, conductoras de camiones...
En este 8 de marzo, Día de la Mujer, queremos homenajearlas a todas ellas. También a las que trabajaron en la sombra y a las que hoy siguen luchando para lograr un objetivo que no es solo de las mujeres, sino de todas las personas: conseguir la plena igualdad de géneros en todos los ámbitos.
Esta es una fecha para la conmemoración, la denuncia y la reivindicación de todas y de todos. Aún nos queda mucho por hacer para que este sea un mundo en el que no existan las diferencias, en el que la libertad y el respeto rijan todos nuestros comportamientos. Porque juntos, hombres y mujeres, podemos seguir escribiendo más episodios de esta historia. ¡Feliz Día de la Mujer!
